Mi piel sabe a fracaso
Un fluido torrente baña
Lastimosas heridas, crueles hendijas
Temo por un mañana
Imploro por un presente
Lunas atestiguarán la rúbrica de
Paso mal dados
Caminos ceñirán la desdicha eterna de
Mi sombra en la tierra
Oigo a cada segundo
La voz imponente de mi ignorancia
Percibo en cada mirada
La negra luz de lo absurdo
Aguardo, con grandilocuente cobardía
Que este cuerpo diga basta
Para sellar lo real de esta vida
Que jamás llegará a nada
Se había engañado, la habitación estaba vacía
Nadie lo había escuchado
Lloró desconsoladamente, lágrimas de hiel
Nadie pudo establecer cuanto
El cuarto, lentamente se fue inundando
Solo semejante cantidad de agua pudo lavar tamaña herida
Ahora estaba en completa soledad
Ya no aguardaba a nadie
Supo comprender el canto de un pájaro
Y con ello vivir sin sobresaltos
Si algún día sueñas
Con hacerte del mundo
Si algún día cuentas
Con que el azar jugará siempre a tu lado
Si algún día piensas
que sólo de tu voz, salen sabios vocablos
Si algún día sientes
Que nada vale más, que tu propio desencanto
Si algún día
Algo de esto te ocurre
Se consciente de tu condición de niño
Y no apresures el paso
Disfruta en transitarlo y
Prepárate a la vida, que
Recién estará comenzando
Arte o ciencia
Camino desventurado, de quien más
Con poder, otorga el callar
Vuelto el sable, sin claudicar
Con furia y potencia, comprende y busca
La carne, tal sombra fugaz
Intenta escapar
Arriba a destino, la daga filosa
La gente emprende el día festivo
Marchas, procesiones y demás
Alaban el triunfo
Del dictador de los más
Preso de la cordura, el liberto
Amaga ostentando, lo que en público oculta
Bajo banderas estampadas de opresión
Suena con candor, el compromiso de la voz
El contrato leonino, con sorna
Manifiesta; democracia y libertad
Vana expresión de deseo, sin asidero real
En tanto, los contratistas sigan confundiendo
Igualdad con posibilidad
La daga, teñida en sangre
Al mando de algún taciturno
Y escudada en forma de gobierno alguna
Logra su cometido, hiriendo sin matar
Al confuso liberto, que intenta morir
En nombre de una falsa libertad.
Duele, cinco vocablos que no entienden
Palomas, estrellas y vientos como metáfora
Lágrimas y sufrimiento, más recuerdos
Siglos enteros sin poder comprenderlo
Tierra sin espacio ni tiempo
Que haría un zorzal si lo dejaran sin viento
Como sería la flor sin fragancia y las estrellas sin firmamento
Doscientos cuarenta y seis vocablos que no entienden
La noche llega a día y las llamas no paran
El hambre y el sueño deambulan como fantasmas
El tiempo no cura ni borra nada, se detiene perverso y no avanza
Nadie elige, sólo ocurre en algún momento
Forma parte del misterio de la muerte y el nacimiento
No sé cuantos vocablos que no entienden
Sufrir por amor nadie merece
Con astucia, la esperanza, un hálito de vida ofrece
El más hermoso de los sueños sería volver a besarla
Aún aguarda mi rostro en la almohada.
© Francisco Tomás González Cabañas